Existen varias maneras de formar parte del mercado del Real Estate. El inversor sólo tiene que conocer cuál es la que mejor se adapta a sus posibilidades. A continuación, las detallamos:
Compra directa
El inversor compra un inmueble de manera directa o a través de intermediarios. Suele ser la forma más conocida y preferida en España. Esto le concede una mayor ventaja como la libertad de la inversión en el sector inmobiliario y el ahorro de algunas comisiones, pero el mayor inconveniente es que se necesita de experiencia, tiempo y dinero para gestionarlo de manera óptima, además de un gran desembolso inicial que no todas las carteras disponen.
Dependiendo del activo que se adquiera dispondrá de unas peculiaridades y rentabilidades diferentes, además de ser más o menos difíciles de gestionar. Un ejemplo de ello es invertir en locales comerciales, plazas de garaje, naves industriales (muy al alza en los últimos tiempos gracias al ‘boom’ que han desarrollado los centros logísticos por los ecommerce).
Otra alternativa para formar parte del mercado del Real Estate puede ser la compra de viviendas antiguas para su posterior rehabilitación y alquiler o reventa. Muchos inversores se plantean esta opción con inmuebles situados en los centros de las ciudades, como en Madrid o Barcelona como destino de inversión, ya que con la renta del alquiler se puede recuperar el dinero de la inversión progresivamente. Por su parte, la reventa de inmuebles totalmente transformados hacen que su precio se revalorice considerablemente y obtener unas ganancias más rápidamente.
Finalmente, muchos compradores prefieren la opción de obra nueva bajo plano. Se trata de otra alternativa que puede rebajar considerablemente el precio del activo hasta un 15%. A su vez, la tecnología ha facilitado que se pueda ver cómo quedará el diseño final (mediante renders) e, incluso, realizar todo tipo de modificaciones antes de la entrega del producto final.
Inmobiliarias cotizadas
El inversor puede acceder a realizar su aportación en valores de inmobiliarias cotizadas. Esto le aportaría una mayor ventaja en la liquidez de su dinero y en el acceso a la inversión, pero su inconveniente son los riesgos de cotización de valor, riesgos propios de la compañía.
SOCIMIS
Las SOCIMIS en España son sociedades dedicadas en más de un 80% en la adquisición, promoción y rehabilitación de activos inmobiliarios para su posterior alquiler.
De hecho, este pasado 2018 el número de SOCIMIS aumentó 16 nuevas con 63 sociedades en total, lo que demuestra el gran interés y la recuperación del mercado, donde han sumado en su conjunto 16.131 millones de euros en propiedades.
Como mayor ventaja de invertir en SOCIMIS es que el inversor se despreocupa completamente de la gestión, se impulsa el mercado del alquiler y se consigue una mayor liquidez. Por su parte, esta forma de inversión se encuentra regulada por la CNMV, lo que garantiza al inversor una mayor seguridad. Por contrapartida, su mayor inconveniente es que el inversor no tiene ningún poder de decisión, existe un riesgo en la cotización del valor y los intermediarios pueden encarecer el producto de inversión.
Dependiendo de la capacidad inversora del usuario, el inversor puede comprar acciones en varias tipologías de inmobiliarias, ya sean las más consolidadas y potentes del sector como otras más reducidas o moderadas que cotizan en el MAB (Mercado Alternativo Bursátil).
Por otro lado, invertir en SOCIMIS permite participar en proyectos de tipologías muy diferentes. Con un capital no muy elevado es posible ser partícipe en la inversión de edificios, grandes viviendas e, incluso, hoteles o almacenes logísticos.
Fondos de inversión inmobiliarios
Los fondos de inversión inmobiliaria en España son vehículos donde el inversor delega a un tercero sus participaciones en la búsqueda de oportunidades inmobiliarias. Este gestor se encarga de construir una cartera de inversión diversificada.
Como mayor ventaja de los fondos de inversión inmobiliarios es que aporta una buena fiscalidad y profesionalidad en la gestión financiera y se puede acceder desde muy poco dinero, pero su mayor inconveniente es la falta de liquidez y el encarecimiento por parte de los intermediarios con costes ocultos.
Se trata de una inversión inmobiliaria totalmente indirecta pero buena opción para no iniciados, ya que el inversor se ahorra el paso de elegir la SOCIMI a la que irá a parar su dinero. Tras las crisis económica vuelven a ser una opción muy rentable y que suele ser comercializada por las entidades bancarias que lo ofrecen como producto.
Crowdfunding inmobiliario
El crowdfunding inmobiliario es la financiación participativa por múltiples inversores de una oportunidad inmobiliaria. A través de plataformas online reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los promotores ofrecen oportunidades de inversión. Estas suelen disfrutar de altas rentabilidades (incluso de doble dígito) muy superiores a las de otros productos de financiación. La inversión mínima en estos proyectos puede ser desde 50 euros, lo que democratiza el sector inmobiliario.
Cada proyecto cuenta con un Plan de Negocio donde el usuario puede consultar toda la información relativa al proyecto.
Entre sus principales ventajas se encuentra la transparencia sin precedentes de todos los procesos, la plena autonomía del inversor, fácil acceso a las oportunidades y altas rentabilidades. Como principal inconveniente es que todas las inversiones conllevan riesgos. Las propias del mercado inmobiliario son la oscilación de sus precios y la fluctuación al alza o a la baja de los beneficios estimados.