Se suele describir el riesgo de mercado como la probabilidad de variaciones en los precios y el activo que puede tener una empresa. Más concretamente, hablamos de los riesgos de pérdidas de valor de un activo que suele estar asociado a la fluctuación y las variaciones del mercado.
El riesgo de mercado en el mundo financiero es el riesgo de incurrir en pérdidas por variación del precio de mercado de posiciones mantenidas en cartera como consecuencia de un movimiento adverso de las variables financieras – factores de riesgo – que determinan su valor de mercado.
La tipología de factores de mercado a los que pueden estar expuestas las posiciones mantenidas por una entidad financiera puede ser diversa, dependerá de las características de los instrumentos en cartera. A modo de ejemplo (no exhaustivo), una cartera de instrumentos puede estar expuesta a factores de riesgo tales como:
● Movimientos en los tipos de interés
● Movimientos en las cotizaciones de renta variable
● Movimientos en los tipos de cambio
● Movimientos en los spreads de crédito
● Migraciones de calidad crediticia (ratings) o incluso default de emisores de instrumentos de deuda
● Cambios en las volatilidades de los factores
● Movimientos en los precios de las commodities
Con la finalidad de medir y controlar los riesgos de mercado, la métrica de referencia comúnmente aceptada es el Valor en Riesgo (VaR por sus siglas en inglés). El VaR es un concepto que nace a finales de los años 80 de la mano de JPMorgan con su pionero modelo RiskMetricsTM. Esta métrica corresponde con estimar, a un horizonte determinado, unas pérdidas con el nivel de confianza asociado que se pueden sufrir como consecuencia de la incertidumbre de mercado inherente a una determinada posición de activos financieros. A modo de ejemplo, si se utiliza un nivel de confianza del 99%, la métrica VaR (99%) correspondería con el nivel de pérdidas que no se esperaría superar en el 99% de las ocasiones.